One of Us, «Uno de nosotros», que es una de las mayores plataformas conservadores de Europa, informó que el Parlamento de Francia aprobó definitivamente una ley para introducir un nuevo delito en el Código Penal. El mismo tipifica y toma como punible aquello que se considere «terapias de conversión»; es decir, ayudar a cambiar la orientación sexual de una persona, incluso a petición de ésta, se expone a una pena de hasta tres años de prisión y una multa de 45.000 euros. La ley emerge del partido de Emmanuel Macron a instancia de la ministra de Igualdad, Elisabeth Moreno; han sostenido que a las terapias de conversión son «la antítesis de nuestros valores republicanos», dando muestra de cómo la Revolución ha formado el pensar promedio del mundo actual. También los medios conservadores han remarcado que el texto jurídico no se limita a prohibir las intervenciones médicas y psicológicas para cambiar la orientación de las personas homosexuales. De hecho, en su primer artículo de la nueva ley también se incluía toda identidad de género. Las terapias de conversión, según el tipo penal francés, son «prácticas, comportamientos o propuestas reiteradas encaminadas a modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género de una persona, verdadera o supuesta, y que tengan por efecto alterar la salud física o mental». Al incluir la identidad de género en el texto, un colectivo de profesionales que reúne a médicos, psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas infantiles protestaron porque «ya no podremos cuidar a menores que sufren disforia de género», según sigue el reporte citado de One of Usa; un detalle fundamental es que en la ley no hay distinción entre menores y adultos, siendo que no goza de igual libertad de elección un niño que un mayor.
El reporte eurepeo muestra que las solicitudes de transición de género entre menores se han multiplicado en cinco veces en Europa a partir de 2012. La transición «sexual en niños» prevé iniciarla a los diez años con bloqueadores hormonales más la ingesta contra natura de nuevas hormonas y operaciones quirúrgicas al tiempo iniciado el proceso. Con la ley nueva en Francia, un médico ya no podrá negarse a realizar una transición solicitada por el menor o los padres, ni podrá realizar una consulta psicológica para evaluar si la operación es adecuada o no para el específico caso; esto es claramente el mayor foco de protesta de los padres sanos que desean evitar un daño irreversible en sus hijos, los cuales y tal como se ha detallado en La Resistencia Radio, muchas veces son empujados a las nuevas identidades por presión del sistema educativo.
Profesionales de la salud dijeron al medio «Fígaro» que «se corre el riesgo de encerrar a los jóvenes en una identidad que quizá sea sólo la expresión de sus dificultades, muy comunes también en la adolescencia». Parece que el negocio de las farmacéuticas puede generar más presión que la tutela de los padres que podrían buscar ayuda sus hijos en psicólogos conservadores o sacerdotes, más si se tiene en cuenta que los hijos no son del Estado. El sitio One of Usa remarca que tras la aprobación de la ley, insiste el jurista Sarton en Francia, «un psiquiatra que quiera ser cauteloso y trabajar sobre el malestar del niño, negándose a iniciar una transición demasiado rápido, podría ser procesado y condenado». Según la psicóloga y psicoanalista Céline Masson, «nuestro enfoque es neutral y queremos acoger a los niños, permitiéndoles alcanzar la madurez antes de intervenir desde el punto de vista médico». Cita el medio conservador: «El fenómeno de las transiciones tempranas de género ya había sido denunciado en Francia con un llamamiento publicado por l’Express por medio centenar de intelectuales y médicos, filósofos, psicoanalistas, abogados, magistrados y profesores. Los autores se rebelaron contra el «robo de la infancia», la «mercantilización del cuerpo de los niños» y la mediación de «engañosos discursos ideológicos» sobre la autodeterminación que están provocando un aumento de niños y adolescentes que desean cambiar de sexo. Los padres no podrán oponerse La ley es aún más peligrosa porque prevé, si un padre quiere impedir la transición de género del niño, «la revocación total o parcial de la patria potestad». Aude Mirkovic, miembro del Colectivo de Juristas por la Infancia, también destaca el hecho de que la ley es «extremadamente vaga»: «¿Qué significa comportamiento repetido o propuestas? La ley penal debe ser clara, poniendo así en peligro la libertad de expresión y educación de los menores». Uno de los resultados de la ley, preocupa el republicano Xavier Breton, «será dividir a las familias para dejar solo al niño o adolescente frente a sus problemas».»
Quizás hoy sea un buen día para repasar lo sucedido con el Dr. Money y en qué terminan los experimentos identitarios de géneros sobre los niños. Lo sucedido en Francia que replica el modelo adoptado por el Partido Liberal en Canadá es clara muestra hacia donde se dirige el mundo que naturalmente tiende a imitar lo sucedido en las mal llamadas «naciones del primer mundo».