El día 14 de enero la señorita Lucía Ezcurra fue increpada por un empleado ferroviario en la estación de San Fernando por no llevar el barbijo puesto en su viaje. La dama en cuestión apeló al resguardo legal que la ampara, tanto por la defensa de su soberanía individual como por el daño a la salud que le genera la utilización de mascarillas. Ante esta situación, y sin oponer resistencia, es detenida por la policía quien la baja por la fuerza ante la presencia de testigos. Una mujer del cuerpo policial la agrede físicamente pegándole luego de tirarla al piso; los golpes dejan marcas notorias y, para peor, le sustrae de manera ilegal el celular a Ezcurra para que no grabe el abuso policial.
Gracias a un testigo que se solidarizó es que se vio y constató el robo del celular con las evidencias que la propia policía había hecho; nuevos agentes se hicieron presentes para intentar llevarla sola a la comisaría sin más testigos. En el móvil los 2 agentes policiales reconocen que la mujer sustrajo el móvil. Pero en la comisaría, donde Lucía debía hacer la denuncia por las lesiones ilegítimas y el robo, la hicieron ingresar sola aludiendo a una cuestión sanitaria. La policía que la había agredido la empujó con fuerza a Lucía delante de los policías ante la inacción de estos. Un dato curioso es que ningún efectivo policial llevaba barbijo, pero esa la causa primera para detener a Ezcurra. La fiscalía decidió imputar a Lucía Ezcurra, pero no tomar la denuncia por los 2 delitos cometidos contra ella; a todo esto, se le impedía salir de la comisaría sin una orden de detención. Cuando quiso retirarse de la comisaria ya que no había una orden es que una mujer policía la ahora por atrás para llevarla contra su voluntad. Se le impidió también comunicación con cualquier persona del exterior, incluido el abogado.
Sin orden de detención es llevada esposada al cuerpo médico sin dar constancia del informe. Todo esto fue en la comisaría n° 3 de San Fernando. Gracias por la acción de Cristián Iturralde, que se presentó en el lugar, es que luego de varias horas Lucía pudo tener algo para tomar y comer a altas horas de la madrugada.
Lucía queda fichada e imputada por «resistencia a la autoridad» sin que se le tome su denuncia. Sobre el final es que se le entrega el celular, reconociendo que es tomado por un efectivo del cuerpo policial. Curiosamente los videos donde se graba la agresión es que está borrado, aunque ya se sabe que muchos testigos han grabado la situación.
Esto debe ponerse en el debate público, donde el poder del Estado avanza sobre los derechos individuales. Cada uno debe contribuir a resistir los decretos inconstitucionales mediante los cuales están avasallando a los ciudadanos. Es una tragedia lo sucedido y por eso bueno marcar cómo parte de la policía está dispuesto a golpear, robar y secuestrar a una mujer. Desde este espacio se extiende la solidaridad a Lucía Ezcurra.