El gobernador demócrata J. B. Pritzker promulgó hoy una ley histórica y polémica que legaliza el suicidio asistido bajo el marco de “Ayuda Médica para Morir” (Medical Aid in Dying), convirtiendo a Illinois en el duodécimo estado de EEUU en permitir esta práctica para personas con enfermedades terminales y en el primero en la región del Medio Oeste en hacerlo.
La norma, conocida formalmente como End‑of‑Life Options for Terminally Ill Patients Act y popularmente llamada “Deb’s Law” en honor a Deb Robertson, una residente de Lombard con una enfermedad terminal que abogó intensamente por su aprobación, fue firmada este viernes y entrará en vigor en septiembre de 2026 para dar tiempo a las autoridades sanitarias y profesionales médicos a establecer los mecanismos de aplicación.
La nueva legislación permite que adultos mayores de 18 años, residentes de Illinois, que tengan un diagnóstico confirmado por dos médicos de una enfermedad terminal con una expectativa de vida de seis meses o menos, puedan solicitar una prescripción de medicamentos que les permitirán poner fin a su vida de manera autónoma y controlada.
Entre los requisitos más importantes se encuentran:
-Tener capacidad mental para tomar decisiones médicas informadas, confirmada por los médicos tratantes.
–Solicitar la medicación tanto de forma oral como escrita, sin intermediarios ni representantes.
-Recibir información completa sobre todas las opciones de atención al final de la vida, incluyendo cuidados paliativos, hospicio y manejo del dolor.
-Autoadministrarse el medicamento, sin que un tercero participe directamente en la acción final.
Además, ningún médico, proveedor de salud o farmacéutico está obligado a participar en el proceso, y la ley incluye salvaguardas para prevenir la coerción, estableciendo delitos por forzar a alguien a solicitar la medicación o falsificar solicitudes.
Reacciones encontradas: dignidad vs. objeciones éticas
El proyecto de ley ha desatado intensos debates éticos, religiosos y médicos desde que fue aprobado por la Asamblea Legislativa de Illinois, con votos estrechos tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
Los defensores de la ley, incluidos grupos como la American Civil Liberties Union (ACLU) de Illinois, argumentan que la medida expande las opciones compasivas al final de la vida y respeta la autonomía de los pacientes que enfrentan sufrimiento insoportable. Señalan que permite a quienes viven sus últimos meses decidir “cómo y cuándo terminar su vida en sus propios términos”.
Por su parte, opositores religiosos y asociaciones médicas han criticado la medida como una forma de “suicidio sancionado por el Estado”, advirtiendo que podría poner en riesgo a poblaciones vulnerables y distraer la atención de la inversión en atención médica paliativa y apoyo familiar. La Conferencia Católica de Illinois calificó la ley como un camino “peligroso y desgarrador” que normaliza el acto de morir por elección en lugar de mejorar el acceso a cuidados de calidad.
Contexto nacional y alcance regional
Aunque Illinois no es el primer estado de EEUU en adoptar una ley de este tipo, se une a una docena de estados y al Distrito de Columbia que ya han legalizado la ayuda médica para morir; estados pioneros incluyen Oregon, que aprobó el primer marco legal en 1994, y Washington más adelante con su propia ley de “Death with Dignity”.
Lo que hace destacable a Illinois es su posición geográfica: se convierte en el primer estado del Medio Oeste en reconocer legalmente esta opción, lo cual podría influir en futuros debates legislativos en estados vecinos.
Debate público y futuro de la legislación
El proceso legislativo no estuvo exento de polémica. Organizaciones y medios conservadores expresaron preocupaciones sobre la rapidez con que se aprobó el proyecto y los posibles vacíos en el apoyo a personas con discapacidades o comunidades marginadas. Algunos editorialistas pidieron cautela, señalando que la compasión también exige asegurar que el sistema de salud contemple todas las necesidades del paciente hasta el final.
Con la firma de Pritzker, Illinois marca un hito en la política de salud y derechos individuales en EEUU, sumándose al debate nacional sobre autonomía, mortalidad y ética médica. La implementación de la ley en 2026 será seguida de cerca tanto por defensores como por críticos, en un momento en que múltiples estados están considerando legislaciones similares.




