
No podemos negar que ciertos sectores progresistas proclaman su simpatía hacia las personas con autismo cuando les conviene, pero al mismo tiempo respaldan el aborto de fetos con discapacidades graves.
El presidente Donald Trump mencionó que el uso de acetaminofén (ingrediente activo del Tylenol) durante el embarazo podría estar vinculado al autismo[1]. A raíz de ello, partidos y figuras de izquierda mostraron sorpresa, indignación y expresiones de “solidaridad” hacia personas con autismo, reclamando que esta condición no debe ser vista como algo que deba “curarse” ni eliminarse. Pero, esa simpatía repentina resulta chocante si recordamos que estos mismos sectores históricamente apoyan el aborto e incluso la eutanasia asistida en casos de discapacidad. Así, la izquierda arguye que el autismo no es una enfermedad, y que el cerebro autista “es bello”[2], rechazando en principio la idea de erradicarlo. Sin embargo, esa visión entra en conflicto con su defensa frente al derecho a matar al que viene débil, al que viene con algún defecto, al que viene “complicado”. Esa coherencia hueca queda al descubierto cuando se confronta con sus políticas reales en torno al aborto seguro, legal y gratuito.
Según datos citados en el artículo, un estudio del Pew Research de 2022 revela que el 68% de los demócratas (en EE. UU.) considera que está bien permitir el aborto cuando hay indicios de discapacidad severa en el feto[3]. Además, leyes recientes en estados como Minnesota han ampliado el aborto hasta cualquier etapa del embarazo, sin considerar que incluso si el bebé nace con vida tras un intento de aborto, el Estado no estaría obligado a brindarle atención médica salvadora. Un exfuncionario de Massachusetts llegó a argumentar que los niños con defectos deberían abortarse para evitar costos al sistema educativo público y dijo: “su escuela tendrá que absorber el costo de servicios especiales”.
Más allá del aborto, los progresistas proponen la eutanasia asistida (o “ayuda médica para morir”) como extensión del derecho individual, incluso para personas con discapacidad, bajo el argumento de evitar sufrimiento. Datos muestran que, entre liberales demócratas, el apoyo a ese derecho alcanza 83%, frente al 41% entre los conservadores republicanos[4].
Organizaciones del ámbito de defensa de la discapacidad han advertido los peligros de estos esquemas, señalando los riesgos de coerción, errores médicos y la devaluación de la vida humana. Esta recién descubierta “compasión” hacia el autismo no es genuina empatía, sino una respuesta oportunista a una controversia política alrededor de Trump. No se trata de amar de verdad a las personas con discapacidad, sino de usarlas como bandera cuando conviene. Si la izquierda fuese coherente, deberían desafiliarse de sus propios partidos y unirse al movimiento pro-vida que siempre ha afirmado que toda vida humana merece protección, sin importar sus limitaciones.
No debemos olvidar que vivimos en una cultura que ha relativizado lo sagrado de la existencia humana, que premia la comodidad y el “derecho al bienestar” por encima del deber con los indefensos. El aborto de un feto con síndrome de Down, o con cualquier condición grave, no es un “ajuste razonable”, sino un acto de violencia contra quien carece de la voz para defenderse. Cuando alguien proclama “defendamos a los autistas”, pero impulsa leyes que permiten eliminar discapacidades aún inconclusas, revela que su amor no es al hombre, sino al poder. La postura verdaderamente compasiva no es facilitar la muerte, sino acompañar, sostener, invertir recursos en atención prenatal, medicina, educación especial, redes de contención para las madres que enfrentan embarazos difíciles. La ayuda médica, espiritual y social es lo que edifica y respeta la dignidad humana.
[1] Fuente: https://www.whitehouse.gov/articles/2025/09/fact-evidence-suggests-link-between-acetaminophen-autism/
[2] Fuente: https://www.instagram.com/p/DO_QdNwkaCY/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=YWsxamV2c2pxanRp
[3] Fuente: https://www.whitehouse.gov/articles/2025/09/fact-evidence-suggests-link-between-acetaminophen-autism/
[4] Fuente: https://www.pewresearch.org/politics/2006/01/05/strong-public-support-for-right-to-die/