
Renunciar a la exigencia de que Arabia Saudí establezca relaciones diplomáticas con Israel sería una concesión importante por parte de Washington.
Arabia Saudita ha reiterado su negativa a reconocer a Israel sin un Estado palestino, lo que ha frustrado los intentos de la administración Biden de ampliar los Acuerdos de Abraham firmados durante el primer mandato de Trump. En virtud de estos acuerdos, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos normalizaron sus relaciones con Israel.
El avance hacia el reconocimiento saudí de Israel se ha visto frenado por la indignación en los países árabes por la guerra que se libra en Gaza. Las conversaciones nucleares también se vieron obstaculizadas por las preocupaciones de Washington sobre la no proliferación.
En una posible señal de un nuevo enfoque, el secretario de Energía de EEUU, Chris Wright, dijo que Arabia Saudita y EEUU estaban en «camino» hacia un acuerdo nuclear civil cuando visitó el país en abril.
«Cuando tengamos algo que anunciar, lo escucharán del presidente. Cualquier información al respecto es pura especulación», declaró a Reuters el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, James Hewitt, en respuesta a una solicitud de comentarios.
Incluso sin el requisito de normalización para que las conversaciones sobre energía nuclear civil avancen, y a pesar de desvincular la cuestión de un tratado de defensa más amplio, aún no se está cerca de llegar a un acuerdo, dijo una de las fuentes.
Un punto conflictivo es la Sección 123 de la Ley de Energía Atómica de EEUU, que permite la cooperación con otros países que desarrollan capacidades nucleares civiles, pero especifica criterios de no proliferación que incluyen la limitación del enriquecimiento de uranio.
El Ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, ha dicho que el reino buscaría enriquecer uranio y vender el producto.
Una de las fuentes dijo que Arabia Saudita aún no estaba dispuesto a firmar el llamado acuerdo 123, que impediría el enriquecimiento o reprocesamiento del plutonio producido en reactores, dos rutas que tienen el potencial de culminar en armas nucleares.
Una de las soluciones que se están discutiendo es un acuerdo de «caja negra» donde sólo el personal estadounidense tendría acceso a una instalación de enriquecimiento de uranio en suelo saudí, dijo la misma fuente.
Los defensores del control de armas han expresado anteriormente su preocupación por un programa nuclear saudí porque el gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, ha dicho que el reino buscaría desarrollar rápidamente armas nucleares si su rival regional, Irán, lo hiciera.
Arabia Saudita y EEUU se disponen a discutir una serie de importantes acuerdos económicos durante la visita de Trump la próxima semana, y EEEUU está dispuesto a ofrecer a Arabia Saudita un paquete de armas por un valor de más de U$S 100.000 millones, dijeron fuentes a Reuters.