Siguiendo las directivas del Presidente Joseph Aoun, “el mando del ejército dio órdenes a las unidades militares desplegadas en las fronteras norte y este para responder a los focos de fuego lanzados desde territorio sirio”, indicó.
“Estas unidades han comenzado a responder con armas apropiadas, a la luz de los recientes enfrentamientos”.
El ejército no identificó a los responsables de disparar hacia el Líbano.
La Agencia Nacional de Noticias oficial del Líbano había informado anteriormente sobre disparos sirios en la región fronteriza nororiental de Hermel, causando ocho heridos.
El viernes, Aoun llamó al presidente interino sirio Ahmad al-Sharaa y discutieron “controlar la situación en la frontera entre Líbano y Siria y prevenir los ataques contra civiles”.
El jueves, las nuevas autoridades sirias, que derrocaron al ex presidente Bashar al-Assad, aliado de Hezbollah, anunciaron el lanzamiento de una campaña de seguridad en la región fronteriza de Homs para «cerrar las rutas de contrabando de armas y contrabando».
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que supervisa la guerra, afirmó que la campaña estaba dirigida a “contrabandistas, traficantes de drogas buscados y figuras cercanas al grupo libanés Hezbollah”.
Siria había informado en ese momento de “enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad fronteriza y varias personas buscadas”, añadiendo que se había detenido a contrabandistas.
Siria comparte una frontera de 330 kilómetros (205 millas) con Siria, sin demarcación oficial en varios puntos, lo que la hace porosa y propensa al contrabando.
Hezbollah tiene influencia en amplias zonas de la frontera entre Líbano y Siria, y ha luchado junto a las tropas de Al Assad en la guerra de Siria.
La caída de Al Assad en diciembre interrumpió las líneas de suministro de armas del grupo a través de la frontera terrestre con Siria.