Los resultados de una encuesta realizada por Odoxa-Backbone Consulting para el diario Le Figaro, muestran que casi dos tercios del electorado francés (59%) quieren ahora que Emmanuel Macron dimita, mientras que una encuesta de Harris para RTL sitúa la cifra aún más alta: un 64%.
La constitución francesa no exige la dimisión de un presidente tras la disolución de su gobierno y Macron ha dicho a los periodistas que “cumplirá el mandato” de servir hasta 2027.
Sin embargo, el Presidente tendrá que encontrar un sustituto adecuado para Barnier, algo que se hace más difícil por el creciente descontento tanto en la izquierda como en la derecha del espectro político.
Por su parte, Macron admitió que su decisión de convocar elecciones parlamentarias anticipadas este verano, que dieron como resultado un Parlamento sin mayoría, “no fue entendida”.
“Muchos me han culpado de ello y sé que muchos siguen culpándome. Es un hecho y es mi responsabilidad”, afirmó.
En relación a una posible dimisión, Macron afirmó: “El mandato que me dieron democráticamente (en las elecciones de 2022) es un mandato de cinco años y lo ejerceré plenamente, hasta el final”.
Dijo que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Le Pen tenía la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2027, acusando al partido de intentar sembrar el “caos”.
«No piensan en vuestras vidas, seamos sinceros. Sólo piensan en una cosa: las elecciones presidenciales», afirmó Macron, que deberá dimitir tras las elecciones de 2027.
Barnier es el quinto Primer Ministro de Macron desde que llegó al poder en 2017. Cada primer ministro sucesivo ha servido por un período más corto y, dada la composición de la Asamblea Nacional, no hay garantía de que el sucesor de Barnier dure más tiempo.
La moción de censura al Primer Ministro, aprobada por 331 votos en la Asamblea Nacional, obligándolo a dimitir tras sólo tres meses en el cargo, fue precipitada por sus propuestas de austeridad, incluidos 33.000 millones de libras (40.000 millones de euros) en recortes de gastos y 16.500 millones de libras (20.000 millones de euros) en aumentos de impuestos para abordar el creciente déficit del país.
La Asamblea Nacional está actualmente dividida en tres bloques: los aliados centristas de Macron; la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular; y la Agrupación Nacional de extrema derecha de Mariane Le Pen.
Aunque Le Pen no ha pedido la dimisión del Presidente, ha advertido de que la “presión” contra él será “cada vez más fuerte”.
Esto también ocurre en medio de una creciente presión de la UE sobre Francia para que reduzca su deuda de más de 2,6 billones de libras (3,2 billones de euros).
Nicholas Bay, miembro del partido de derecha Identidad Libera, se encuentra entre quienes piden que Macron renuncie.
En declaraciones a Express.co.uk, el presidente está “en la raíz de la situación de inestabilidad institucional en la que se encuentra Francia hoy en día”, y describió la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas en junio como una “decisión catastrófica”.
“La estrategia de Macron sigue siendo un misterio; su propio bando tiene dificultades para comprenderla y ya no confía en él”, afirmó Bay.
“Se encuentra, pues, privado de legitimidad, al haber sido desautorizado, por su propia voluntad, dos veces seguidas en las urnas, en las elecciones europeas y en estas elecciones legislativas anticipadas”.
Fuente: Express.co.uk