«Retirarse de la toma de decisiones en un tema tan sensible y crítico como el financiamiento (de la ayuda a las políticas ambientales) es una oportunidad perdida para quienes pueden beneficiarse de los acuerdos alcanzados en Bakú», afirmó Greenpeace Argentina en un comunicado, que consideró el retiro de la COP29 «una muy mala señal».
El diputado de la opositora Coalición Cívica Maximiliano Ferraro dijo el viernes: “Si el gobierno de Milei decide salir del Acuerdo de París, estaríamos enfrentando importantes implicancias legales y constitucionales. Pero, más allá de eso, estaríamos entrando en un camino nebuloso de aislamiento y nos llevaría a un lugar en el mapa geopolítico donde sólo nos esperan Irán, Libia y Yemen”.
Su partido repudió en un comunicado la decisión del gobierno de retirarse de la COP29 el miércoles.
«En Bakú se discuten cuestiones esenciales para la transición energética global y para las finanzas verdes, que representan oportunidades de inversión que Argentina no puede darse el lujo de ignorar», advirtió el partido socialdemócrata.
Desde que asumió el cargo el 10 de diciembre, el presidente ha reducido drásticamente las políticas para frenar el cambio climático en Argentina, responsable del 0,9% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 22º país más contaminante del mundo, según datos de la ONU.
«La naturaleza debe estar al servicio del ser humano y de su bienestar, no al revés», dijo Milei en junio. «Los problemas ambientales deben poner al individuo en el centro (…) por eso el principal problema ambiental que tenemos es la pobreza extrema. Y esto sólo se puede solucionar si aprovechamos nuestros recursos».
En línea con ese pensamiento, redujo el Ministerio de Ambiente a una subsecretaría y redistribuyó sus competencias, además de eliminar el Fondo de Protección del Bosque Nativo.
El gobierno argentino retiró a sus representantes de Bakú porque está repensando su papel en la diplomacia climática internacional, según el canciller Gerardo Werthein.
«Estamos reevaluando nuestra estrategia en todos los temas relacionados con el cambio climático», explicó Werthein al Washington Post.
El canciller aseguró a medios estadounidenses que Buenos Aires no ha tomado ninguna decisión sobre si permanecer o salir del Acuerdo de París.
En diciembre del año pasado, Marcia Levaggi, la recién designada representante de la diplomacia climática por Milei, aseguró en la COP28 que Argentina se mantendría dentro del Acuerdo de París. Pero casi un año después y a la vista de lo ocurrido, hay dudas de que lo cumpla.
«Hay una creciente preocupación por la posibilidad de que Argentina abandone el Acuerdo de París», dijo a la AFP Oscar Soria, director de The Common Initiative, una organización ambientalista con sede en New York.
Sin embargo, una medida de esa naturaleza necesita el apoyo del Congreso. “No se puede hacer con un simple decreto”, advirtió.
Argentina ratificó el Acuerdo de París en 2016 y por lo tanto tiene rango constitucional.
Una decisión en este sentido supondría romper «una legislación sólida en materia de acción climática», afirmó el ecologista. «Si así fuera, estamos preparados para una batalla legal», añadió.
En su artículo 41, la Constitución Argentina establece el derecho de los habitantes a gozar de un ambiente “sano” cuyas actividades productivas “satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”.
Si Milei decide ir en contra de estos principios «estará violando el derecho de millones de argentinos a un medio ambiente sano y una decisión tan irresponsable tendrá consecuencias negativas para la economía», afirmó Soria.