Los líderes de los Verdes alemanes, socios del atribulado gobierno central de Olaf Scholz, han anunciado su dimisión, afirmando que una serie de derrotas electorales requiere un reinicio radical.
Ricarda Lang y Omid Nouripour, líderes conjuntos desde 2022, dijeron el miércoles que el partido ecologista, pionero en Europa y el primero en tener diputados elegidos para un parlamento nacional, enfrentaba su crisis más profunda en una década después del resultado de las elecciones del estado de Brandeburgo el domingo.
El Partido Verde (Die Grünen) consiguió apenas un 4,13% de los votos (62.031), no pudiendo alcanzar el 5% necesario para colocar parlamentarios en Brandemburgo y cayendo un 54,5% en cantidad de votos respecto a las anteriores elecciones en 2019, cuando alcanzaron el 10,8%.
«Es hora de dejar el destino de nuestro amado partido en manos de otros», dijo Nouripour.
El sorpresivo anuncio llega en un momento en que el panorama político alemán se ha visto sacudido por el ascenso del partido Alternative für Deutschland (AfD) y el éxito inesperado de un incipiente partido populista de izquierda conservador, la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).
El apoyo a ambos partidos condujo a un febril voto táctico en las recientes elecciones regionales, lo que contribuyó a que los Verdes quedaran fuera del gobierno en Brandemburgo y Turingia y se salvaran por poco de una derrota en Sajonia. El partido también sufrió una paliza en las elecciones parlamentarias europeas de junio.
El miércoles, Lang dijo que las preguntas resultantes sobre la dirección futura del partido, especialmente con una elección federal programada para dentro de un año, estaban inextricablemente vinculadas a la pregunta: «¿Qué tipo de país queremos ser?»
Esto incluía si el gobierno se mantendría fiel a su agenda de alcanzar la neutralidad climática o “se retiraría de ella por completo”, dijo.
Los analistas políticos dijeron que la medida de los líderes Verdes no afectaría directamente al gobierno de Scholz –en el que Robert Habeck y Annalena Baerbock son las principales figuras verdes, ocupando las carteras de Economía y Asuntos Exteriores respectivamente– pero que contribuiría a una sensación general de incertidumbre política en Alemania.
Los índices de popularidad de la coalición tripartita están en un mínimo histórico y Scholz tiene el índice de popularidad más bajo de cualquier canciller en la historia.
Los Verdes alemanes no son los únicos que están pasando apuros en toda Europa. Cuando Austria vaya a las urnas el fin de semana, se espera que el partido verde de ese país tenga un desempeño particularmente malo. Una de las cuestiones clave es el suministro de gas, y el Ministerio de Energía, dirigido por los Verdes, está bajo presión para que el país deje de depender de las exportaciones rusas, de las que Austria depende para el 83% de sus necesidades, y desarrolle en su lugar fuentes alternativas.
Los Verdes alemanes han sido acusados de extraviarse, en particular desde que entraron en el gobierno federal. El hecho de tener que lidiar con la realpolitik de la invasión rusa de Ucrania, con su consiguiente crisis energética, ha obligado al partido a tomar decisiones que parecían ir en contra de sus ideales. Su apoyo a la entrega de ayuda militar a Kiev también lo ha dejado expuesto al ridículo por su aparente abandono de principios pacifistas de larga data.
En las últimas campañas electorales, a menudo pareció ser el blanco de los ataques de partidos de todo el espectro. Se acusó al partido de intentar “dictar” la vida de los alemanes comunes (desde qué tipo de sistema de calefacción usar hasta qué coche conducir), y el BSW y la AfD llegaron al extremo de comparar a los Verdes con el régimen comunista de la ex República Democrática Alemana.
El partido también ha perdido una mayor proporción de sus votantes jóvenes en las últimas elecciones que cualquier otro partido. En la encuesta de Brandeburgo del domingo, por ejemplo, vio caer su apoyo en el grupo de edad de 16 a 24 años en 24%, una caída mayor que en cualquier otro grupo de edad.
Lang y Nouripour permanecerán en sus cargos hasta noviembre, cuando la conferencia anual del partido en Wiesbaden estará dominada por la elección de liderazgo.
Habeck reconoció su parte de responsabilidad en los resultados electorales de los Verdes y acogió con agrado la oportunidad de un debate abierto sobre el futuro del partido.
“Los Verdes reorganizarán sus filas para iniciar con un nuevo impulso la recuperación de cara a las elecciones”, afirmó.