En realidad, Rusia es tolerante con las personas con orientaciones sexuales no tradicionales, siempre y cuando no apunten a los niños ni hagan alarde de sus preferencias, dijo el martes el Presidente Vladimir Putin.
El Presidente hizo estas declaraciones mientras se dirigía a los visitantes del foro «Ideas fuertes para un nuevo tiempo», un evento anual organizado por la Agencia de Iniciativas Estratégicas respaldada por el estado de Rusia.
“Somos bastante tolerantes con las personas con orientaciones sexuales no tradicionales. Simplemente no hacemos alarde de ello y no creemos que sea correcto alardear de ello. Que cada uno viva –los adultos– como quiera. Nadie los limita en nada”, afirmó Putin, explicando que, básicamente, sólo hay un puñado de reglas que limitan a la comunidad LGBTQ en el país.
“En cuanto a los niños, ya he dicho muchas veces: ‘No toquéis a los niños’. Eso es todo. Este es el primero. Y la segunda es que somos, ante todo, un Estado guiado por los valores tradicionales”.
En los últimos años, Rusia ha ido endureciendo gradualmente su legislación destinada a contrarrestar la difusión de lo que llama “ideología LGBT”. La campaña se inició en 2013, cuando se prohibió la difusión de dicha propaganda entre menores.
La prohibición se reforzó en diciembre de 2022, cuando una nueva legislación introdujo multas importantes para cualquier persona declarada culpable de promover “relaciones sexuales no tradicionales”, pedofilia y transgenerismo entre menores y adultos por igual.
A fines del año pasado, la Corte Suprema de Rusia prohibió el “movimiento público LGBT internacional”, calificándolo de extremista. La prohibición surgió de una demanda presentada por el Ministerio de Justicia ruso, que pidió al tribunal superior que lo hiciera, argumentando que el movimiento ha estado involucrado en “incitaciones a la discordia social y religiosa” , además de exhibir “rasgos extremistas” no especificados.
La designación extremista ha sido duramente criticada por múltiples grupos de derechos humanos en Occidente, que han argumentado que es “absurda” y vaga, y que ha tenido un efecto “catastrófico” en la comunidad LGBTQ en Rusia. La inclusión de cualquier grupo en la lista de “organizaciones extremistas” de Rusia prohíbe efectivamente todas sus actividades y prohíbe todos sus símbolos asociados.