El criminal bombardeo de Dresde ocurrió entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, la fase final de la Segunda Guerra Mundial. Fue llevado a cabo por la Royal Air Force (RAF) británica y la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos (USAAF), con el objetivo de debilitar la moral alemana y afectar su infraestructura de transporte y comunicaciones.
Dresde, una ciudad con un gran valor cultural y arquitectónico, no había sido un blanco principal en la guerra hasta ese momento. Sin embargo, la ofensiva aliada se centró en un bombardeo masivo de alfombra, utilizando bombas explosivas y de fuego, lo que desató una tormenta de fuego que destruyó gran parte del centro urbano y provocó la muerte de decenas de millas de civiles. El número real de víctimas sigue siendo difícil de determinar con precisión debido a la magnitud de la destrucción y la falta de registros confiables en aquel momento.
El ataque generó gran controversia, ya que Dresde no era un centro militar clave y la guerra estaba cerca de su fin. Algunos lo consideran un crimen de guerra, mientras que otros lo justifican como parte de la estrategia para acelerar la derrota del Tercer Reich. El bombardeo dejó una profunda huella en la memoria colectiva alemana y sigue siendo un símbolo del horror de la guerra aérea moderna.
El centro de Dresde, densamente poblado, constaba principalmente de edificios del Renacimiento, del Barroco y superficies de uso mixto comercial-residencial creadas en tiempos de la Gründerzeit siguiendo un tipo de planificación urbanística medieval. «Es difícil encontrar ninguna prueba en documentos alemanes de que la destrucción de Dresde tuviese alguna consecuencia digna de mención en el Frente Oriental. Las plantas industriales de Dresde no desempeñaban un papel significativo en la industria alemana en esta etapa de la guerra» – Sönke Neitzel, catedrático alemán
Crimen de guerra aliado
En la IV Convención de Ginebra (1949), EEUU y el Reino Unido rechazaron tipificar los bombardeos de superficie como crimen de guerra, porque habría supuesto reconocer su culpa por sus ataques sobre civiles alemanes y japoneses. Este vacío legal en el momento del suceso hace que haya tanta polémica a la hora de clasificar el bombardeo de Dresde como crimen de guerra.
El Dr. Gregory H. Stanton, presidente de Genocide Watch, es de la opinión de que «el Holocausto nazi es uno de los más viles genocidios de la Historia. Pero el bombardeo aliado de Dresde y la destrucción nuclear de Hiroshima y Nagasaki fueron también crímenes de guerra […]. Todos somos capaces de cometer el mal y debe haber leyes que nos disuadan de hacerlo». El historiador Donald Bloxham está de acuerdo: «El bombardeo de Dresde del 13 al 14 de febrero de 1945 fue un crimen de guerra».
El ataque no solo usó bombas explosivas, sino también bombas incendiarias, lo que provocó una tormenta de fuego que destruyó casi por completo el centro de la ciudad. Miles de personas murieron calcinadas, asfixiadas o enterradas bajo los escombros. Este tipo de bombardeo, diseñado para maximizar el daño en civiles, ha sido comparado con crímenes de guerra.
Violación del principio de proporcionalidad: El derecho internacional bélico establece que los ataques deben ser proporcionados al objetivo militar. En el caso de Dresde, la magnitud de la destrucción y el número de víctimas civiles fueron desproporcionados en relación con el posible beneficio militar.
El ataque siempre es citado como un ejemplo de los excesos de la guerra aérea y ha sido comparado con otros bombardeos devastadores, como el de Tokio en 1945 o Hiroshima y Nagasaki.
Las pérdidas humanas
La población en Dresde en ese momento era de 640.000 personas y más de 200.000 refugiados (85.000 personas estaban en el centro de la ciudad).
La ciudad fue bombardeada durante horas con el efecto final de una bomba atómica lenta. En 1948, el Comité Internacional de la Cruz Roja mencionaba 275.000 cuerpos «identificados» en la región de Dresde. En 1951, Axel Rodenberger, un escritor y poeta alemán, hablaba de entre 350.000 y 400.000 muertos. F.J.P. Veale, en su libro Advance to Barbarism (1955), mencionó cifras que oscilaban entre 300.000 y 500.000 muertos en el bombardeo de Dresde. El británico David Irving, en su libro La destrucción de Dresde (1963) calculó en 1963, entre 135.000 y 250.000, aunque revisó sus propias cifras a la baja, reduciendo su estimación a entre 25.000 y 40.000 muertos en ediciones posteriores de su obra; Hans Dollinger en su libro de 1973 The Decline and Fall of Nazi Germany and Imperial Japan, estimó 250.000 muertos en el bombardeo de Dresde; Rolf Hochhuth, en 1974, mencionó la cifra de 202.000 muertos en el bombardeo de Dresde, Hochhuth era dramaturgo y escritor, conocido por sus obras con una fuerte crítica a los Aliados y la narrativa oficial de la Segunda Guerra Mundial.
Sobre un total de 222.000 viviendas, hasta mayo de 1945 resultaron totalmente destruidas:
-Entre 60.000 y 75.000, incluyendo mobiliario.
-Otras 18.000 estaban seriamente dañadas.
-Unas 81.000 habían sufrido daños de poca consideración.
-Destruyeron el 70% del tejido industrial de la ciudad y dañaron enormemente las infraestructuras necesarias para su funcionamiento, como el gas, el agua o la electricidad.
Actualidad
Cada 13 de febrero se tocan las campanas de todas las iglesias de Dresde, aproximadamente a las 21:45, que fue cuando sonaron las alarmas aéreas.
La iglesia Frauenkirche, destruida en el bombardeo y reconstruida en 2005, es el epicentro de la conmemoración donde se realizan servicios religiosos y oraciones por la paz y se encienden velas en memoria de las víctimas
Miles de personas forman una cadena humana alrededor del centro de Dresde como símbolo de reconciliación y rechazo a la guerra.
También, autoridades locales y figuras políticas dan discursos sobre la memoria, la paz y la importancia de aprender de la historia.